Tradiciones legendarias de la Indy 500
La Indy 500 es una de las carreras de autos más importantes del mundo, junto con el Gran Premio de Mónaco y las 24 Horas de Le Mans. Estas tres forman la llamada “Triple Corona del Automovilismo”. La Indy 500 se celebra desde 1911 en el famoso circuito Indianapolis Motor Speedway.
Este año, el piloto español Álex Palou fue el ganador de la famosa carrera. Pato O’Ward, piloto mexicano, también compitió en esta edición.
Una de las tradiciones más conocidas de esta competencia es que el ganador bebe leche en el podio. Esto empezó en 1936, cuando el piloto Louis Meyer pidió leche al terminar la carrera porque era su bebida favorita. Una foto de ese momento se volvió muy famosa. Desde entonces, se convirtió en una costumbre oficial, impulsada por la industria lechera de Indiana. Hoy en día, hasta se genera expectativa por el tipo de leche que elegirá el ganador.
Además de esta tradición, también se entrega el Trofeo Borg-Warner, inaugurado en 1936. Este trofeo está hecho de plata, pesa unos 50 kilos, y tiene los rostros de todos los ganadores de la carrera. El ganador se lleva una réplica, y el original se guarda en el museo del circuito.
Otra tradición importante es el beso a los ladrillos de la línea de meta. Aunque esta práctica comenzó en NASCAR, se adoptó en la Indy 500 y ahora también es parte del evento.
La carrera se realiza cada año el domingo antes del Memorial Day, una fecha en Estados Unidos para recordar a los soldados caídos. También existen algunas supersticiones curiosas: por ejemplo, se considera de mala suerte correr con un auto verde, con el número 13 o comer cacahuates, debido a hechos desafortunados en ediciones pasadas.
Este texto fue generado con inteligencia artificial.