La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tuvo una llamada de 10 minutos con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En esta conversación, hablaron solamente sobre reducir los impuestos o aranceles que afectan el comercio entre los dos países, especialmente en temas como la industria automotriz, el acero y el aluminio. No se trató ningún tema relacionado con seguridad, violencia o el Tratado de Libre Comercio (T-MEC).
Sheinbaum aclaró que no se mencionó el problema de los asesinatos de funcionarios en la Ciudad de México, ni la posibilidad de que Estados Unidos mande tropas a México. También comentó que la llamada sirvió para preparar la próxima visita a Washington del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien continuará con las negociaciones comerciales.
En la conferencia matutina, Sheinbaum informó que aún no se sabe cuándo se abrirá la frontera para importar ganado, ya que existe una alerta por el gusano barrenador.
Sobre otro tema importante, la presidenta mencionó que su gobierno continuará presionando para que se eliminen los impuestos a las remesas, es decir, el dinero que los mexicanos que viven en Estados Unidos envían a sus familias en México. Aunque este impuesto bajó de 5% a 3.5%, Sheinbaum dijo que su meta es que no se cobre nada. Esta propuesta aún debe ser revisada por el Senado en Estados Unidos.
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