Recientemente, un suceso en Australia causó polémica. Desde helicópteros, francotiradores designados por el gobierno dispararon a koalas en el Parque Nacional Budj Bim. Esta medida, que afectó al estado de Victoria, se justificó mencionando “razones humanitarias” tras un incendio que destruyó gran parte del hábitat de estos animales. El gobierno aseguró que fue para “acabar con el sufrimiento” de los koalas, pero grupos de activistas criticaron el método por ser “indiscriminado”.
El sacrificio, que ocurrió después de que el parque perdiera árboles de eucalipto, afectó a cerca de 1,000 koalas según el Departamento de Energía, Medio Ambiente y Acción Climática (DEECA). James Todd del DEECA dijo que disparar desde el aire era la única opción viable debido al difícil acceso por tierra. Sin embargo, activistas señalaron que no se verificó adecuadamente la condición de los animales abatidos.
El creciente problema no solo fue ocasionado por el fuego; la tala de plantaciones de eucalipto azul contribuyó a que los koalas regresaran al parque, aumentando la presión sobre el espacio reducido. Esto ha llevado a presentar una demanda ante la Corte Suprema para detener futuros sacrificios, reclamando que la autorización fue inválida.
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