La economía de Estados Unidos podría crecer un 3.8% anualizado en el segundo trimestre de 2025, según la Reserva Federal de Atlanta. Este crecimiento contrasta con el -0.2% del primer trimestre. Sin embargo, hay que ser cautelosos al interpretar estos datos, ya que no aseguran un crecimiento sostenido ni reflejan un impacto positivo de las políticas de Donald Trump. El alto crecimiento anticipado corrige una distorsión del primer trimestre, cuando las importaciones aumentaron por temor a aranceles, aunque finalmente no se aplicaron. Esta distorsión se ajustó al caer las importaciones.
Los analistas observan que un crecimiento continuo podría no darse, ya que hay riesgos económicos latentes. La producción industrial se desacelera, suben los inventarios de casas, los precios de vivienda bajan, y aumentan las morosidades en tarjetas. Además, el mercado laboral muestra señales de enfriamiento, y se estima posible una recesión en los próximos meses. Las encuestas de percepción económica cayeron durante el primer trimestre pero se recuperaron en mayo, indicando cierta esperanza aunque persisten riesgos.
El presidente Trump podría tomar decisiones inesperadas que afecten el comercio y la economía. Además, los recortes de gasto gubernamental podrían impactar sectores específicos. La Reserva Federal mantiene altas tasas de interés, lo que podría limitar el crecimiento económico futuro y exacerbar los riesgos inflacionarios. En resumen, el crecimiento proyectado para el segundo trimestre es más bien una corrección de políticas comerciales fluctuantes.
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