México y sus Espejismos Económicos
En los últimos tiempos se ha dicho que los salarios y los ahorros en México están creciendo, lo que supuestamente ayudaría a la población a sobrellevar una posible crisis económica. Sin embargo, esta idea no refleja la situación real de la mayoría de los mexicanos. Aunque un funcionario de la Secretaría de Hacienda hizo este comentario, en realidad se refería a las personas que tienen ahorros en el sistema financiero. Aun así, muchas personas en México ni siquiera tienen cuenta bancaria, por lo que son muy pocos los que realmente podrían enfrentar un problema económico serio, como una enfermedad o una recesión.
Este tipo de declaraciones reflejan una visión demasiado optimista del país, como la que parece tener la presidenta Claudia Sheinbaum. Ya no se puede responsabilizar a los gobiernos anteriores por la situación actual, pues ya han pasado varios años desde que inició este proyecto político. Aun así, la presidenta suele recurrir al pasado para justificar los problemas del presente. Un ejemplo es su constante mención del Fobaproa, usándolo para criticar a ex presidentes como Ernesto Zedillo, quien recientemente reapareció para señalar el retroceso democrático del país.
Cuando se habla de los desafíos actuales, la presidenta muchas veces ofrece solo datos positivos de forma aislada, como una baja tasa de desempleo, e ignora otros aspectos como el lento crecimiento económico. Además, sostiene que lo importante no es tanto el crecimiento económico, sino el desarrollo y bienestar, según ella. Con base en esto, dice que México avanza por un buen camino.
Sheinbaum también ha presentado un ambicioso plan que llama “Plan México”, donde promete que al final de su gobierno el país será una de las 10 economías más grandes del mundo y atraerá enormes cantidades de inversión extranjera. Dice que habrá centros de desarrollo en todo el país, donde se producirán desde alimentos hasta autos eléctricos y satélites, bajo el sello “Hecho en México”, reviviendo ideas del pasado. Algunos proyectos incluso tienen nombres en lenguas indígenas.
Al combinar promesas, apoyos económicos y discursos optimistas, el gobierno ha creado una narrativa que muestra un México idealizado, aunque para muchas personas esa no es la realidad que viven todos los días.
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