En México, un país acostumbrado a la violencia, el asesinato de dos colaboradores cercanos de la alcaldesa de la Ciudad de México ha conmocionado a la sociedad. Este hecho, ocurrido cuando iban al trabajo, parecía buscar un impacto político. Las autoridades se mantienen cautas sobre los responsables. Aunque la primera presidenta ha reducido los homicidios y ha capturado a criminales, aún queda mucho por hacer. Sheinbaum necesita enfrentar el problema de inseguridad en México, más allá de las políticas previas de contención.
Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha tomado una postura más dura contra los cárteles mexicanos, incluso considerando acciones militares. Estados Unidos aumentó la vigilancia y canceló visas a políticos mexicanos. La colaboración entre ambos países podría ser clave para resolver el problema del narcotráfico. México necesita apoyo logístico de Estados Unidos, pero debe mantener su soberanía. Estados Unidos también tiene un papel en este problema, ya que el tráfico de armas y drogas son factores importantes.
La presidenta Sheinbaum enfrenta un desafío complicado: mejorar la seguridad con un enfoque que equilibre la intervención estadounidense y el nacionalismo mexicano. Tomará decisiones importantes bajo la presión de una relación diplomática compleja con Estados Unidos y un movimiento político nacionalista.
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