Desafíos Fiscales de México en Tiempos de Consolidación
La Secretaría de Hacienda informó que la recaudación tributaria creció 8.9% entre enero y mayo respecto al año pasado, mientras que el gasto público se redujo 5.3% en el mismo periodo. Este cambio es parte del esfuerzo de consolidación fiscal del gobierno, buscando bajar el déficit público del 5.7% del PIB el año pasado al 4% este año.
Este aumento en la recaudación sucede pese a una desaceleración económica, sugiriendo una mejora en la eficiencia recaudatoria.
La consolidación fiscal es crucial para reducir el déficit y evitar riesgos como el retiro del grado de inversión por las agencias calificadoras, lo que podría elevar las tasas de interés que afecta al gobierno, empresas y familias.
El déficit elevado del año pasado no se usó en inversión pública, sino en gasto corriente, lo cual fue un error ya que no había crisis grave. Un déficit mayor ahora podría haber sido útil frente a la caída de la inversión privada por incertidumbres.
Aunque avanzar en la eficiencia recaudatoria es necesario, México enfrenta retos fiscales estructurales. Es el país que menos recauda en la OCDE y también se encuentra bajo en América Latina.
Las presiones sobre el gasto crecen, siendo el pago de pensiones y el servicio de la deuda cada vez mayor porcentaje de los ingresos fiscales.
La deuda pública podría acercarse al 60% del PIB para fines del sexenio, complicándose por el bajo crecimiento económico. Sin alto crecimiento, es difícil reducir la relación deuda/PIB.
Más preocupante que perder el grado de inversión es la falta de recursos para salud, educación o infraestructura, fundamentales para reducir la pobreza e inequidad.
Es vital realizar reformas estructurales para aumentar la tasa de crecimiento y resolver estos problemas, lo cual requiere más y mejor recaudación y reducción de corrupción.
Contenido hecho con inteligencia artificial. Fuente original: “El Financiero”.
 
                                    