Cómo los días más largos crearon nuestra atmósfera oxigenada
Un nuevo estudio ha encontrado que la rotación de la Tierra influye en el oxígeno de la atmósfera. Hace miles de millones de años, nuestro planeta giraba más rápido, lo que significaba días más cortos. A medida que la rotación se fue haciendo más lenta, los días fueron más largos y esto ayudó a que algunas bacterias llamadas cianobacterias produjeran más oxígeno.
Estas bacterias hacían fotosíntesis durante el día y consumían oxígeno por la noche. Cuando los días eran cortos (solo entre 6 y 12 horas), no producían suficiente oxígeno como para acumularlo en el aire. Pero cuando los días empezaron a durar más (por ejemplo, 21 horas hace 2.400 millones de años), sí pudo haber un aumento notable de oxígeno, lo que ayudó al desarrollo de la vida.
Con el paso del tiempo, nuestro día actual de 24 horas ha permitido mantener niveles de oxígeno estables. Los científicos comprobaron esto con experimentos en cianobacterias de un lago en Canadá, donde vieron que si el día dura más tiempo, hay más fotosíntesis, se consume menos oxígeno por la noche y se entierra más carbono, lo que ayuda a que el oxígeno se acumule en la atmósfera.
Se usaron modelos matemáticos para entender este proceso y los resultados mostraron que en tiempos antiguos el alargamiento del día pudo aumentar hasta un 28% la producción de oxígeno que llegaba al fondo del mar.
Este hallazgo une fenómenos del espacio, como el movimiento de la Tierra y la Luna, con eventos críticos que hicieron posible la vida en nuestro planeta. Así, la duración del día podría ser un factor clave para saber si puede haber vida en otros planetas.
Contenido generado con inteligencia artificial. Fuente original: Andro4all.