Durante mucho tiempo, las empresas se enfocaron en atraer muchos clientes, ganarse su confianza y hacer que se quedaran. Pero hoy eso no es suficiente. Ahora también es muy importante cuidar y mantener al personal dentro de las organizaciones.
Estamos viviendo cambios importantes, aunque no siempre se noten de inmediato. Por un lado, los consumidores ya no compran solo por precio o calidad; ahora también les importa que la empresa tenga buenos valores, como cuidar el medio ambiente, defender los derechos de las personas o actuar de forma honesta y justa.
Ante esta nueva forma de pensar del mercado, muchas empresas han empezado a cambiar. Antes, comprometerse con causas sociales o ecológicas era algo opcional; hoy, muchas veces es necesario para poder competir.
Además, los empleados también quieren más que un buen sueldo. Buscan un trabajo con sentido, en donde se sientan incluidos, valorados y alineados con sus propios valores personales. Según una encuesta hecha en 2021 por Forrester, un 41% de los trabajadores pensaba cambiar de empleo en el siguiente año. Eso demuestra que muchas personas no están conformes con lo que sus trabajos les ofrecen.
Por eso, no solo hay que construir una buena imagen de marca para los clientes, sino también crear un ambiente laboral agradable y con propósito para los empleados. Una empresa que solo se preocupa por vender, pero no cuida a su gente, está en riesgo. Por el contrario, si trata bien a sus trabajadores, también será valorada por sus consumidores. Hoy en día, los empleados y clientes están más conectados que nunca, comparten opiniones e influyen unos en otros.
En resumen, cuidar tanto a los clientes como a los empleados es clave para formar una empresa sólida, honesta y humana. Ese es el nuevo objetivo que las organizaciones deben buscar.
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