Cada 18 de mayo se celebra el Día Internacional de los Museos, un momento para recordar lo valiosos que son estos lugares como espacios donde se cuida y comparte el arte, la historia, la ciencia y la cultura. Hoy en día, los museos ya no son solo sitios para ver objetos antiguos o cuadros en silencio. Ahora también ofrecen experiencias que involucran nuestros sentidos, y una de las más llamativas es la unión del arte con la comida.
Muchos museos en todo el mundo han comenzado a incluir restaurantes que no solo sirven comida, sino que también cuentan historias y reflejan la esencia del museo. Algunos de estos restaurantes tienen estrellas Michelin, lo que los convierte en destinos gastronómicos destacados.
Por ejemplo, en Nueva York, el restaurante The Modern está dentro del Museo de Arte Moderno (MoMA) y ofrece platillos innovadores en medio del arte. En Houston, Le Jardinier en el Museo de Bellas Artes mezcla sabores frescos con una presentación artística. En Singapur, Odette en la Galería Nacional combina ingredientes locales con tradición cultural. En Europa, el restaurante Rijks en el Rijksmuseum de Ámsterdam y Nerua en el Museo Guggenheim de Bilbao ofrecen menús que se inspiran en el arte y la historia local.
En América Latina, el MALI en Lima tiene el Café MALI, que ofrece comida peruana con toques modernos. En París, el famoso Louvre cuenta con el Café Mollien, ideal para hacer una pausa con una gran vista. Y en la Ciudad de México, destacan Eno en el Museo Jumex y Tres Abejas en la Casa Museo Guillermo Tovar y de Teresa.
Estos restaurantes no son simples lugares para comer dentro de un museo. Son parte de la experiencia cultural. A través de sus menús, comparten ideas, emociones y permiten disfrutar del arte de maneras distintas.
En resumen, los museos se han transformado en espacios más completos y activos, que mezclan arte, historia, ciencia y cocina de primer nivel. Ahora, una visita al museo también puede ser una experiencia para el gusto.
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