El cepillo de dientes es un objeto común en casa usado para la higiene bucal. Ayuda a limpiar los dientes, lengua, encías y a veces el paladar. Es importante una buena técnica para evitar enfermedades y caries.
Los cepillos se deterioran y hay que cambiarlos cuando las cerdas se ven gastadas. Usar uno en mal estado puede provocar problemas dentales y acumular bacterias que podrían resultar en infecciones. Se recomienda cambiar el cepillo cada tres o cuatro meses o más seguido si estás enfermo.
Antes de tirar un cepillo viejo, puedes darle una segunda vida limpiándolo con cloro o jabón. Sus nuevos usos pueden ser:
- Limpiar azulejos y rincones
- Limpiar pequeños electrodomésticos y tazas
- Eliminar suciedad de secadoras
- Quitar restos de comida de ralladores
- Limpiar interiores de zapatos
- Limpiar cuerdas de instrumentos musicales
- Usar como pincel
- Compostar cepillos de bambú
- Limpiar teclados y ventiladores
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