Oaxaca es famoso por su increíble comida, desde restaurantes elegantes hasta comida callejera deliciosa como las tlayudas. Durante un fin de semana, probamos una gran variedad de platillos.
Comenzamos con un chocolate caliente en agua en la Fonda la Florecita, famosa por su pan de yema y diversos platillos tradicionales hechos por doña Flor, quien supervisa la cocina que ya va en su tercera generación.
La noche que llegamos, fuimos bajo la lluvia a Casa Oaxaca del chef Alejandro Ruiz, famoso por su mole negro con 28 ingredientes, una receta que recibió adaptada con su toque personal. Pedimos mole negro con pavo y chamorro de cerdo, ambos platos muy satisfactorios.
Al día siguiente, desayunamos en el restaurante La Catedral, conocido por su gran trayectoria y deliciosos platillos como las enchiladas de bautizo y chilaquiles en mole amarillo. Luego visitamos un taller de alebrijes y probamos un mezcal artesanal en Santa Catarina de Minas.
Paramos a comer tlayudas en un asadero cercano antes de regresar al centro para cenar en “Levadura de Olla” de la Chef Talía Barrios, donde probamos platos únicos que destacaban los ingredientes locales. El mole de guayaba con camarones y la singularidad de sus tamales fueron memorables. También exploramos el restaurante Las Quince Letras, donde degustamos una variedad de moles.
Terminamos en Casa Grill, un asador de camino a Monte Albán, con carnes de excelente calidad y gran servicio.
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