**El Fin del Equilibrio**
La vida está hecha de causas y consecuencias. Aunque las personas somos emocionales y cometemos errores, nuestras acciones siempre tienen un resultado. Ignorar los problemas o evitar enfrentarlos, muchas veces termina creando situaciones peores. Hay un dicho que dice: “Se muere como se vive”, y significa que nuestras decisiones definen nuestro futuro.
En este momento México está viviendo una etapa importante de su historia. En el año 2000, tras muchos años de un mismo partido en el poder, hubo un cambio político que trajo esperanza. Sin embargo, en las últimas dos décadas, muchas promesas no se cumplieron, y hoy el país enfrenta nuevos retos. Uno de los más graves es la posible transformación del Poder Judicial, lo cual podría afectar el equilibrio entre los distintos poderes del gobierno.
Cuando ya no hay división entre quienes gobiernan, quienes hacen las leyes y quienes juzgan, se pierde la estabilidad democrática. Sin jueces independientes no puede haber seguridad jurídica, y eso frena inversiones, acuerdos internacionales y la confianza ciudadana.
No se necesitan grandes guerras o revoluciones para destruir un país; basta con aceptar pequeñas decisiones disfrazadas de avances. Si se debilita la autonomía del Poder Judicial, México podría perder su credibilidad a nivel mundial.
Estamos a punto de votar, y lo que pase en estas elecciones definirá si el país sigue con instituciones fuertes o si tendremos que empezar de nuevo desde cero, sabiendo que perdimos la estructura legal y el orden que tanto trabajo costó construir.
Muchos piensan que la presidenta Sheinbaum solo sigue un modelo heredado y que, si pudiera elegir, haría las cosas diferentes. Este modelo es producto de decisiones pasadas, y aunque tal vez se busque un bien mayor con estos cambios, los riesgos que representa son muy grandes.
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