Sheinbaum y el Desgaste del Liderazgo en Morena
Claudia Sheinbaum se ha convertido en la principal figura de poder dentro de Morena, un partido aún en formación y sin una estructura sólida. Su opinión es constantemente solicitada en sus conferencias diarias, ya que muchos la ven como la única con verdadera autoridad moral y política. Sin embargo, muchas veces ella prefiere no comentar, ya que cualquier declaración puede generar conflictos internos, críticas de la oposición o afectar la imagen del partido.
Sheinbaum enfrenta una situación difícil: tiene la responsabilidad de que el gobierno funcione bien, continuar con el proyecto político iniciado por López Obrador, y mantener una imagen ética y eficiente dentro del movimiento. Eso no es nada sencillo.
Algunos ejemplos muestran los retos que enfrenta. El senador Gerardo Fernández Noroña fue criticado por hacer pública una disculpa que un ciudadano le ofreció; esto fue transmitido por canales oficiales, lo que algunos vieron como un abuso. Además, días antes se supo que en un viaje a Francia él mismo se pagó un ascenso a primera clase, contradiciendo el discurso de austeridad del partido.
Estas acciones han generado burlas públicas, incluso de aquellos que no necesariamente son opositores, ya que muchos de los que antes criticaban los abusos del poder, ahora cometen errores similares.
La frase del escritor Gabriel Zaid sobre cómo el poder puede llevar a la corrupción y a la pérdida del juicio también aplica en este contexto. Según Zaid, la corrupción muchas veces comienza con la falsa creencia de que se tiene más poder o derecho del que realmente se posee.
Otro caso es el de la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, quien, al no tener visa para ingresar a Estados Unidos –algo que complica su trabajo próxima a la frontera–, decidió restarle importancia al tema y hasta organizó una fiesta de respaldo.
En un intento por poner orden, Sheinbaum envió a su partido un decálogo de principios para mejorar la conducta pública de sus integrantes. Sin embargo, este documento ha sido ignorado y tomado a broma, tanto por los propios miembros de Morena como por quienes lo observan desde fuera.
Si el partido sigue así, podría convertirse en otro ejemplo más de lo que pasa cada sexenio en México. Y quizá lo más serio sea el golpe a la autoridad de Sheinbaum, quien quedará en evidencia si su palabra no es respetada dentro de su propio movimiento.
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